miércoles, 11 de abril de 2012

¿Deben de estar las Instituciones Educativas en las Redes Sociales?

En primer lugar, la decisión de introducir al centro en la web social va a depender de sus características propias. En general podemos decir que es recomendable que la escuela sea de este mundo (no de otro imaginario o ya perteneciente al pasado) y, por lo tanto, utilice los mismos mecanismos de comunicación que la sociedad usa. Las redes sociales están ya plenamente asentadas en nuestra sociedad de forma que no estamos ante situaciones experimentales o especialmente innovadoras. Dicho esto la recomendación sería que, efectivamente, se introduzcan en las redes sociales. No obstante, para determinados centros educativos la urgencia será mayor que para otros. Si un centro dispone sobradamente de alumnado y no presenta dificultades en este sentido, puede sentirse más relajado que otro con problemas de matriculación o que no consigue llegar plenamente a su entorno más inmediato.
Los impedimentos
La mayoría de los problemas para entrar en las redes sociales están derivados de un desconocimiento real de lo que son. Esta falta de información crea miedos que suelen ser comunes y representan el mayor impedimento a la hora de introducirse en la web social. Indicamos a continuación algunos de ellos.
  • Pánico a la plaza pública, cualquiera podrá dirigirnos la palabra, algo que se ve con absoluta desconfianza por parte de algunos.
  • Temor ante la falta de control. Se piensa que la situación puede irse de las manos muy fácilmente, aunque como veremos más adelante, podremos conservar siempre el control.
  • Falta de información veraz sobre las redes sociales. Aquellos que no las utilizan con asiduidad y naturalidad saben de ellas lo que se cuenta en los medios de comunicación. Estos medios normalmente se dedican a informar sobre noticias truculentas, despreciando las utilidades que tienen con lo que la imagen suele estar muy descompensada hacia todo lo negativo. Muchos acaban creyendo que las redes sociales son lugares donde predomina lo perverso y de las que uno jamás se puede fiar. Estos prejuicios, fundados básicamente en el desconocimiento y la realidad de las redes, acaban por pesar demasiado con lo que se decide no tener una presencia institucional en la red.
  • La creencia de que es una moda pasajera en la cual el centro educativo no debe caer.
Los argumentos
Ante los problemas enunciados anteriormente podemos citar algunas ideas que nos pueden ayudar a la hora de decidirnos.
  • Los centros deberían mantener una actitud de servicio y apertura hacia los miembros de su comunidad educativa. Igual que todos los centros tienen un número de teléfono para contactar, las redes sociales deberían cumplir la misma función. En realidad la web social ya está sustituyendo el teléfono en las relaciones personales, es una realidad.
  • Las redes sociales llevan nuestra imagen a la gente. La página web de centro ya no tiene la efectividad de antaño ya que las personas están en las redes sociales.
  • Los centros deben ir allí donde se encuentran los padres, madres y sus hijos y no a la inversa.
  • Las redes sociales actualmente producen el mismo efecto que las relaciones de barrio, que eran las únicas de proximidad que existían antes. Fomentan el boca a boca entre un amplio conjunto de personas que sobrepasan las fronteras geográficas más inmediatas. Este tipo de publicidad para nuestro centro no tiene precio.
  • La sociedad actual, mucho más que la de hace unos pocos años, desprecia el oscurantismo y aprecia la transparencia. Un centro educativo sin presencia en las redes sociales no puede mas que despertar sospechas acerca del motivo por el cual no desean aparecer de forma pública. A no ser que la buena fama del centro le preceda (cosa que sucede en algunos casos), la imagen proyectada no podrá ser más negativa.
  • La comunicación a través de las redes sociales se intensifica y aparece donde antes no existía. Es una oportunidad de gran valor para transmitir la forma de actuar del centro, así como para detectar aquellas cosas que pueden no satisfacer a madres y padres. Lejos de producir temor, debería verse esto último como la oportunidad para mejorar y pulir aquello que lo necesite, así como para contrarrestar la mala imagen que se podría producir ante críticas realmente infundadas que jamás podrían recibir de otro modo, ni la debida contestación, ni la difusión necesaria.
  • La correcta identidad digital, creada y fomentada a través de la participación del propio centro, no puede traer más que beneficios que no podemos despreciar.

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